¿Acaso somos mejores que los
animales? ¿O nos comportamos como ellos aun teniendo el uso de la razón que
ellos no tienen? “La Piedad y los animales” me pareció un planteo más que
interesante sobre el amor y la construcción de los lazos.
Una pareja y sus amantes, el
enfrentamiento de la necesidad y el amor verdadero. Si acaso amar es construir junto al otro ¿por
qué nacería el hecho de compartir además con un tercero? Cuando uno siente que
no es suficiente lo que tiene dentro busca afuera algo que nos complete o
simplemente es el morbo de los celos para hacernos visibles ante quien nosotros
necesitamos.
Cuatro personajes distintos que
se enfrentan con la premisa de la verdad pero que tranquilamente podrían
constituir cuatro partes de una misma persona. Es imposible no verse reflejados
en cualquiera de ellos o tranquilamente en los cuatro en distintos momentos de
la vida, en cómo uno encara el amor, en cómo construye e incluso destruye.
A través de un diálogo fuerte,
crudo, la complejidad de la trama en carada de una forma tan simple y directa
es más que interesante. Con momentos de distención que generan gracia pero con
un sentir más que profundo. Piedad es una palabra compleja, la sola idea de
sentir piedad en el amor por la otra persona me genera rechazo aunque
encontrarse con lo opuesto y ser tan exclusivamente egoísta ante el amor propio
y no ver más allá de nuestra necesidad…
Se me aparece la palabra instinto (lo cual no debería estar mal) y allí
surge lo animal. ¿Hasta dónde? ¿Frente a qué consecuencias?
“El corazón tiene razones que la
razón no entiende”. Y el final de la
obra te deja pensando. Y te vas de la sala revisando tus propias vivencias, con
más preguntas que respuestas y con la increíble inquietud que un sábado por la
noche te generó esta obra de teatro.
Winona.
"La Piedad y los animales"
de Fernando Ferrer
Camarín de las Musas
Mario Bravo 960
Sábados 23.30hs