sábado, 23 de junio de 2012

Del lápiz al fusil



Sentí frío, sentí hambre y pensé en esos momentos en los que uno llega a tener tanto miedo que en lo único que piensa es en un plato de comida caliente, una cama con sábanas limpias y tener a las personas amadas en la habitación contigua. Sentí esas ganas de llorar, de gritar pidiendo ayuda y ese viento insoportable que me perseguía. Sentí todo eso y sin embargo no pude hacer nada. No pude reaccionar. 
Entre chistes y sonrisas, entre charlas de dos compañeros en la lejanía vamos ingresando a ese maldito mundo perdido que fueron las Malvinas. Y digo maldito porque tengo la sensación de que era un hecho condenado al fracaso mucho antes de poner un pie en las islas. Tengo el sabor amargo de quienes manejaron una cuestión política a costa de criaturas indefensas y desprotegidas. Tengo la idea de que se jugó con un pueblo injustamente y que de alguna u otra forma todos fuimos cómplices.
Pero no me siento en la platea a juzgar, mejor dicho, luego de la función sí lo haré, pero no son los personajes, estos solitarios soldados quienes harán un juicio de valor. No, ellos tampoco. Ellos simplemente me vienen a contar un pedacito de historia, una imagen retratada a través de emociones, sensaciones y algo muy fuerte que abraza lo sensorial constantemente.
Sufro por ellos. Sufro pensando en la soledad, la desesperanza, el no entendimiento. Pienso en el abandono, en las causas justas, en los ideales perdidos. Pienso más aún en quienes están y en quienes no han vuelto. Pienso en un cementerio aún lleno de tumbas NN y me pregunto quiénes fueron, quiénes son aún para quienes los amaron.
Estos soldaditos, que no son los de juguete pero que así los vieron muchos, lucharon indefensos contra lo desconocido. Se pusieron una bandera al hombro defendiendo a su país con el mayor desconocimiento y yo me quedo profundamente emocionada ante cada gesto, cada palabra, cada movimiento que realizan en escena. 
Y ese lápiz, pienso, habrá sido el de muchos. Y esas cartas falsas en esperanzas y consuelos, cuántas habrán llegado, cuántas se habrán quedado en el incosciente de un cuerpo horizontal rendido ante lo imposible, herido por la injusticia de haber estado allí.
Una obra maravillosa de principio a fin. Que te cala los huesos en cada palabra, en cada movimiento y donde se hace imposible hacerse ajeno a lo que sucede. Así como debería ser imposible tomar este tema como ajeno a 30 años de lo sucedido. 
Con un soporte técnico y documental excelente los hechos reales se hacen presente de una forma tan profunda que se hace difícil creer que estamos viendo una obra de teatro.  

Winona.

"Del lápiz al fusil" de Javier Gimenez Filpe
Auditorio Losada - Av. Corrientes 1551
Viernes 22.30hs - 29 de junio ÚLTIMA FUNCIÓN
www.facebook.com/AuditorioLosada

http://www.youtube.com/watch?v=kXIv8uw2IgQ&feature=player_embedded#!